Cualquier terraza o jardín necesita contar con algún sistema que aporte sombra para refugiarse del sol. Las pérgolas son uno de los más utilizados. Su función es proteger del sol y decorar. Una pérgola puede ayudar a delimitar una parte de la terraza y crear un ambiente especial. También puede convertirse en la extensión de un pequeño porche e incluso hacer de garaje al aire libre. Y todo esto, en una gran variedad de materiales y diseños. Hoy te mostramos algunas pérgolas tan bonitas que, si no tienes una en casa, desearás tenerla ya.
Las pérgolas tienen muchísimas ventajas, por eso son uno de los sistemas más utilizados para cubrir terrazas y jardines. Por un lado, protegen del sol y, según el modelo, también de la lluvia y del viento, lo que te permite utilizar tu terraza durante gran parte del año. Por otra parte, representan un espacio de mayor intimidad en el exterior, y algunas se pueden regular en función de las necesidades del momento. Además, son muy decorativas y aportan estilo y diseño a tu terraza o jardín.
- Pérgolas de madera
- Pérgolas de Aluminio
- Pérgolas de Obra
- Pérgolas con Cubierta de Lona
- Pérgolas con cubierta de cañizo
- Pérgolas de Bambú
- Pérgolas Bioclimáticas
Elige la que más te guste y dale vida a tu jardín y tu hogar elegante, moderno y relajado.
- Pérgolas de madera.
Las pérgolas de madera son una de las opciones más utilizadas, ya que la madera aporta una calidez natural que no se puede lograr con otros materiales. Además, hay pérgolas de madera de todos los estilos, tanto rústicas como de diseños más vanguardistas. Eso sí, necesitan cierto mantenimiento: tendrás que aplicarle barniz cada dos años, aproximadamente, para protegerlas de la lluvia, la humedad y la radiación solar. - Pérgolas de Aluminio. Las pérgolas de aluminio son una versión más moderna y cosmopolita, aunque se adaptan a todos los entornos. Entre sus ventajas, destacan que el aluminio es un material muy resistente al sol y al desgaste provocado por factores climáticos. No necesita mantenimiento, y al ser tan ligero, se puede montar y desmontar con facilidad. Además, existen modelos que van desde lo más sencillo a lo más sofisticado, teniendo en cuenta las características de la cubierta y los cerramientos laterales.
- Pérgolas de Obra. Normalmente son de cemento, ladrillo o concreto, y forman parte de la estructura de la casa. Sólo que el diseño también puede hacer que una pérgola de cemento sea toda una obra arquitectónica como la de la imagen, que combina madera y concreto con un diseño muy vanguardista.
- Pérgolas con Cubierta de Lona. Una cosa es el material que elijas para la estructura de tu pérgola y otra, el material para la cubierta del techo. La lona es una de las opciones más clásicas y con más beneficios, aunque también puede ser cara. Una buena lona es capaz de bloquear del 90 al 100% de los rayos UV, y cuanto más grueso sea el tejido, más luz bloqueará. Teniendo en cuenta este aspecto, conviene elegir una lona acrílica teñida en masa, que son más resistentes y de fácil limpieza. Existen otros materiales como el poliéster o el polipropileno, pero tienen una menor resistencia al sol. Las microperforadas también son muy resistentes, aunque se suelen utilizar más para los toldos verticales.
- Pérgolas con cubierta de cañizo. Para los que buscan una opción más rústica y económica, las cubiertas de cañizo naturales son una buena opción. No te durarán 10 años, pero la inversión será mínima. Además, otra de las ventajas de las cubiertas de cañizo es que las puedes instalar tú mismo con un poco de habilidad y algunos cinchos, por ejemplo.
- Pérgolas de Bambú. Otra alternativa procedente de la naturaleza, al igual que la anterior, es cubrir el techo de la pérgola con bambú. Le dará un aire más playero o selvático, según se mire, a tu jardín.
- Pérgolas Bioclimáticas. Independientemente del material utilizado en la estructura, las pérgolas bioclimáticas son aquellas que permiten regular la temperatura (a través de la ventilación) y la intensidad de la luz de la zona que cubren. Lo logran gracias a un sistema de lamas orientables (normalmente de aluminio extruidas) que se pueden abrir y regular a distintos ángulos hasta cerrarse completamente. Es decir, que incluso pueden proteger tu terraza de la lluvia. El grado de apertura de las lamas se puede regular manualmente o mecánicamente si el sistema es motorizado.